Nenúfares

Nenúfares
Nenúfares por William Jabez Muckley

viernes, 21 de julio de 2017

Florecer

¡Hola a todos! Este es mi récord en cuanto a hiatus se refiere, nunca había dejado el blog abandonado durante tanto tiempo y yo misma llegué a creer que jamás lo retomaría, sin embargo, no hay que cerrarse a las posibilidades, y por eso aquí estoy, tratando de desempolvar este espacio dedicado a la poesía y de regalarles a todos ustedes, lectores conocidos y anónimos, una nueva entrada.

Contrario a lo que quizá puedan pensar, no dejé de actualizar el blog porque se me hubiese agotado la poesía, ella siempre ha estado allí, en una guarnición considerable de poemas sin publicar. Mirando en retrospectiva los siete años de mi vida dedicados a versar (lo sé, no es demasiado comparado con otros poetas mucho más consagrados), me complace observar mi crecimiento como escritora, admito que mi estética sigue siendo, a rasgos generales, la misma; no obstante, a mi parecer, mis versos son algo más maduros: antes me preocupaba más por la estructura del poema, algo así como la belleza o la arquitectura que se podía lograr con la combinación de las palabras, pero ahora me he volcado más hacia el contenido, a tratar de plasmar lo que en verdad siento y pienso, mi filosofía, anhelos, vivencias e imaginarios. Aun así, admito que debo seguir mejorando, y eso solo lo lograré escribiendo cada vez más.

Para no aburrirlos más con esta introspección repentina, quiero contarles un poco sobre las acuarelas, que me encantan por su capacidad para transmitir paz en sus trazos y especialmente porque la acuarela es una técnica sumamente delicada, dando la impresión de atrapar en el tiempo los rasgos más etéreos y hermosos de lo que está siendo retratado.

Para hacer una acuarela se utilizan pigmentos (goma arábiga o miel) diluidos en agua, lo cual permite que las capas translucidas de pinturas creen diversos tonos interactuando con el fondo blanco del papel. Es una técnica antigua que surgió en China simultáneamente con la invención del papel, y ha sido predominante en el arte chino, coreano y japonés en creaciones monocromáticas con tinta (Sumi-e).  La acuarela llegó posteriormente a Europa y se manifestó en los frescos primeramente, donde se utilizaban pigmentos diluidos en agua sobre yeso húmedo; un ejemplo de ello es la Capilla Sixtina. La acuarela se popularizó con el transcurrir del tiempo y ahora muchos pintores la utilizan en sus creaciones. Hay muchos maestros acuarelistas, y dado que no soy una conocedora asidua del arte, no pretendo hacer una revisión sistemática de todos ellos, sin embargo, les comparto algunas acuarelas que son de mi agrado y posteriormente, podrán leer uno de mis poemas.


Aguas del Amazonas (Amazon Waters) de César Bertel

Niñas de los Andes de Roger Oncoy

Explosión de primavera II (Spring explosion II) de César Bertel

El Molinero (The Miller) de Ray Hendershot

Hora del Té de Omar Rayyan

La caída de Ícaro de Hans Bol

Con paso rápido de Juan Ruiz

Joven Liebre de Alberto Durero

Ana Katenina de Omar Rayyan



Florecer

Puedo sentir las raíces emanando de mis pies,
aferrándose desesperadas a este paraíso esquivo,
a este bosque llamado Secreto, bautizado Imaginario.

Puedo sentir cómo me vuelvo una con mi tierra,
con mis  llanuras y praderas,
mientras el sol, desprendido de su limonero, refulge en lo alto
y esplende.

Embebida en su luz alzo victoriosa mis manos.

Hay un resonar en mis estrofas:
una cascada que se agita,
mil suspiros alejándose con alas de fugaces mariposas.
Porque este es mi triunfo, mi santuario de avecillas,
mi jardín secreto y prístino,
mi solar de reliquias.

Mi lengua habla con potencia, todo lo domina.

La palabra, húmeda, de su duermevela se desliza,
y una caricia adormecida se hace verso y se hace risa.
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Lorena Figueroa Buitrago



Me despido con “The Sensual World”, una canción de la artista británica Kate Bush que me fascina. Tengan todos un buen día y gracias por leerme y acompañarme en este proceso. Abrazos.